domingo, 3 de noviembre de 2013

EL RETROVISOR 8

HAN PASADO 182 AÑOS desde que, el 3 de noviembre de 1831, Monseñor de Pins, Administrador apostólico de la diócesis de Lyon (Francia), aprobara la Asociación de Catequistas de San Viator
 
En enero de 1829, de acuerdo con el consejo episcopal, en particular de M. Simon Cattet, vicario general, el señor Querbes redactó los estatutos civiles de la futura asociación caritativa para someterlos a la aprobación del gobierno. En efecto, la realización del proyecto, en particular la creación de una especia d escuela normal, exigía un conocimiento legal y fondos que no podían conseguirse más que siendo una asociación reconocida de utilidad pública.

El texto presentado fue considerado insuficiente por el ministerio. El párroco Querbes redactó rápidamente una serie de artículos explicativos pero en mayo de 1829, el ministro rechazó el texto: le parecía que ciertos artículos anunciaban que se trataba de una congregación religiosa de hombres y en tal caso hubiera sido necesaria una ley para autorizar la Sociedad. ¿Podía la administración francesa entender que esos laicos que daban catequesis y que tenían un lugar en el coro no eran Hermanos?. El señor Querbes se defendió:

Sólo los votos constituyen una congregación religiosa: aquí no hay ninguno. Es cristianamente una cofradía y legalmente una asociación caritativa.. Nada más. Lejos de mí, ser fundador de una orden.

A mediados de julio, se presentó un nuevo informe. A fin de defender mejor el documento y con la autorización de monseñor de Pins, el párroco Querbes fue a París (finales de julio, primera quincena de agosto). Dándolo autorización para dirigirse a París, el consejo episcopal ¿creía en el éxito?. Según un testigo parece ser que no: "estando el señor Querbes en París uno de sus amigos le escribió diciéndole que habiendo ido al arzobispado le dijeron que tenían por loco al señor Querbes, que se le había permitido este viaje para ceder a su empeño, pero que volvería como había ido".

En París, la redacción de los estatutos fue notablemente simplificada: 7 breves artículos definían una asociación caritativa de maestros de primaria para los departamentos de la academia de Lyon: l’Ain, la Loire, le Rhône. Estaría "sometida a los reglamentos universitarios que regían las asociaciones caritativas destinadas a la instrucción pública de los niños de pueblo" (art. 2). En la sesión del 8 de agosto de 1829, el Consejo real de Instrucción pública recomendaba la autorización de la asociación. La ordenanza real sería firmada el 10 de enero de 1830.

"La aprobación del gobierno, ha quedado como el secreto un tanto exclusivo del padre Querbes" observaría más tarde el Hº Charles Saulin. ¿Cómo un simple párroco de una pequeña parroquia de pueblo pudo, en menos de seis meses, hacer que se aprobasen los estatutos de una sociedad que no existía, y eso en un corto espacio de tiempo y por un gobierno considerado poco favorable a las instituciones de Iglesia?. Sin duda el párroco Querbes supo ser un buen abogado de su causa con ocasión de los dos encuentros que tuvo con el ministro Vatimesnil. Tuvo buenos defensores en la persona de varios altos funcionarios: Ambroise Rendu y los sacerdotes de La Chapelle y Clausel de Coussergues. Hombres políticos, entre ellos M. de Verna, diputado, intervinieron en su favor. Este era además, miembro de la Congregación de Lyon, una sociedad de laicos cristianos muy activa e influyente.

Pero este éxito originó una seria dificultad con el arzobispo administrador, Monseñor de Pins, que al parecer no estuvo perfectamente al corriente por M. Cattet de las negociaciones en curso entre el párroco Querbes y el ministerio. Rechazó que la asociación caritativa de San Viator recibiese el menor asomo de aplicación. No admitía que el señor Querbes hubiese aceptado tratar con un gobierno enemigo. Tampoco admitía que las escuelas de San Viator estuviesen sometidas a los reglamentos universitarios. Para monseñor de Pins, como para muchos otros miembros del clero, todo control universitario era intrínsecamente malo, ya que iba contra una de las prerrogativas que los obispos reclamaban: recuperar el control de la enseñanza que la Revolución les había usurpado. Aceptar este control, era aceptar la nueva situación de las cosas, por tanto un cierto espíritu liberal. El párroco trató de explicarse en un largo alegato, bien argumentado y respetuoso con la autoridad eclesiástica.


Todo fue inútil. Durante dos años, el administrador se opuso a la creación de la asociación y no la consintió hasta el 3 de noviembre de 1831 a condición sin embargo, de que los estatutos le fuesen sometidos para aprobación.

El 5 de noviembre de 1831, el señor Querbes firmó sus promesas de sacerdote catequista. El 10 de noviembre, recibió los primeros Catequistas, Pierre Magaud, Thomas Nogier y Pierre Liauthaud. Otros llegarían en 1832 y 1833.

Este texto, está copiado del libro Louis Querbes (1793-1859) – Un fondateur contrarié, de Robert Bonnafous c.s.v
 
Fuente de imagen (Catedral de Saint Jean desde el Saona, Lyon): http://es.wikipedia.org